Écija, Semanario de información local.- III Epoca.- nº 17 6-04-1965.
LA VIRGEN NUEVA.- Ha llegado la primavera. Esta explosiva época, que hace florecer los jardines, que hace alegrar el rostro, tras esa etapa invernal, en que permanecemos encogidos y un tanto anonadados. Ha llegado la primavera y con ella se palpa la Semana Santa, esa fiesta españolisima que durante siete días, hace recogerse en oración a todos los creyentes, y que sobre todo en estas tierras andaluzas, hace volver la vista un poco hacia nuestras imágenes.
No creo que haya nadie que pueda inhibirse del misterio y de la poesía que encierra la Semana Mayor. Cada día de ella, como el año anterior, como todos los años desde hace siglos, las distintas Cofradías hacen su estación de penitencia, entre la ilusión infantil, que tiene una semana entera de fiesta, ya que para ellos es una fiesta el poder cada día presenciar el paso de los encapuchados nazarenos, que preceden a la imagen de su devoción.
Este año, una nueva Imagen va a hacer el desfile por las calles de Ecija. Ya saben que me refiero a la Virgen de la Amargura, que en la Hermandad de Nuestro Padre Abrazado a la Cruz, hace penitencia en la madrugada del Jueves Santo. Una Virgen, nueva, en su talla, hermosisima, y que hace pocos días todos los ecijanos veneraron con motivo de su bendición. Creo que este año, cuando den las doce campanadas en la torre de Santa Cruz, y se descorra el cerrojo de la puerta de la Iglesia, serán muchos más los ecijanos que se habrán estacionado en la bellísima plazuela de Nuestra Señora del Valle, para dedicar su piropo y su oración a la nueva Virgen. Sí, su piropo, porque en Andalucía, se piropea a la Virgen, como expresión del mucho amor que sentimos por ella. No es una leyenda ni es un título sin trascendencia, el que tenemos de Tierra de María Santísima. Es que cuando cada mañana abrimos los ojos al nuevo día, tenemos una palabra en los labios: Dios te Salve María. Ya lo sabéis ecijanos y esperamos que todos, con esa alegre simpatía que caracteriza a los nacidos en la ciudad del Sol, alabéis con recogimiento pero con fervor, el paso por las calles de nuestra ciudad de esa nueva Virgen, que desde este año, formará parte de los sin iguales desfiles procesionales de nuestra Semana Santa. La Virgen de la Amargura, la Virgen de los Dolores, la de la Misericordia, la de la Soledad, todas son una misma, pero aunque se tengan preferencias por determinada advocación, no olvidemos que todas ellas son, la Madre de Dios, y que como andaluces, como sevillanos, le debemos un amor especial; que ni un sólo metro del recorrido de la procesión, se vea sin fieles, que bendigan al Cielo por esa gran merced que se nos hace, de darnos una nueve Imagen de nuestra Madre.“
Paco Blasco.